Son el alimento perfecto para casi todas las larvas de peces, tanto marinos como de agua dulce. De 100 a 200 micrones y son fácilmente ingeridos y digeridos por peces de todo tipo. Se debe considerar el uso de rotíferos liofilizados sobre un cultivo vivo, ya que son igual de nutritivos pero son mucho más accesibles y no presentan el riesgo de parásitos.